Te pasa que como a las cuatro de la tarde te comienza una ansiedad de comer un no sé qué, pero que sea dulce. O quizá te pase que después de cenar vas a la nevera y la abres unas 7 veces, esperando encontrar finalmente lo que buscas… lo peor, es que sentimos que nos va a dar algo si no llegamos a comernos nuestro antojo.
Pues bien, presta atención, porque aquí te digo el porqué, y así sepas la próxima vez, qué hacer al respecto.
Recuerda que tu cuerpo te envía mensajes constantemente, y si aprendes a «escucharlo» le darás exactamente lo que necesita:
Observa tus comidas, carencias, y comportamientos en tu vida como las causas escondidas de tus antojos. Muchas personas ven los antojos como debilidades, pero en realidad, son importantes mensajes destinados a ayudarte a mantener el equilibrio. Cuando experimentes un antojo, detente y pregúntate: ¿Qué quiere mi cuerpo y por qué?
AGUA.
La mayoría de las veces, cuando nos provoca «alguito», significa falta de agua; la falta de agua puede enviar el mensaje de que estás sediento y deshidratad@. La deshidratación se puede manifestar como hambre ligera, así que lo primero que debes hacer cuando sientas un antojo es tomar un vaso lleno de agua y espera 20 minutos…lo más probable es que el antojo desaparezca. El exceso de agua también puede provocar antojos, así que asegúrate de que tu consumo de agua sea bien balanceado.
FALTA DE NUTRIENTES.
Si el cuerpo carece de nutrientes, producirá antojos extraños. Por ejemplo, niveles inadecuados de minerales producen antojos por lo salado y, sobre todo, una alimentación inadecuada produce antojos por formas no saludables de energía, como la cafeína, el azúcar, y una larga lista de alimentos procesados. Es importante que consumas al menos 2 piezas de fruta al día, que haya vegetales de distintos colores en tus platos, que consumas grasas buenas y suficiente fibra…verás la diferencia!
HORMONAL.
Cuando las mujeres experimentamos la menstruación, embarazo o menopausia, los niveles fluctuantes de testosterona y estrógeno pueden causarnos antojos únicos, sobre todo dulces. Asegúrate con un examen médico que sea por esa razón, y no que la uses de excusa para comer comida chatarra. Y si es hormonal, no te preocupes, que tu médico sabrá cómo ayudarte.
CARENCIA DE NUTRICIÓN PRIMARIA.
¿Verdad que cuando estás concentrad@, enfocad@ en una actividad que te gusta, y que te sientes satisfech@ y productiv@, pasan las horas y se te olvida comer? Estar insatisfecho con una relación o tener una rutina de ejercicio inapropiada (demasiado, muy poco, o del tipo incorrecto), estar aburrido, estresado, desencantado del trabajo, o con falta de una práctica espiritual, pueden causar ganas de comer. Comer puede ser utilizado como un sustituto del entretenimiento o para llenar la deficiencia de nutrición primaria.
SABOTAJE.
Cuando las cosas van bien, a veces sucede el síndrome de auto-sabotaje. Sobre todo si hemos iniciado cambios de rutina y salimos de la zona de confort; de alguna manera, el cuerpo va a querer regresar a esa comodidad acostumbrada, y por eso, se nos antojan alimentos que nos disparan la insulina y causan más antojos para desequilibrarnos nuevamente. Tú puedes salir de ese círculo vicioso, así que cuando eso ocurra, aférrate a tus objetivos, y verás que el antojo desaparece.
Si por algún motivo cedes ante los antojos, elige aquellos que tengan bajo contenido de sodio, bajo contenido de azúcar y poco aporte de calorías.
Ya has aprendido algunas de las causas que origina el tener antojos, sobre todo en horas de la tarde; lo que necesitas ahora es aprender a escuchar a tu organismo…y descubrir todo lo que en silencio te puede decir.
¡RECUERDA, TÚ MERECES LO MEJOR!
Patrizia Mangiafico